“Hijos de Sangre y Amor que recorren mis piernas. Salen de mi vientre y suavemente me atraviesan. Trozos y gotas. Ríos y charcos. Restos que huelen a lo que no fue, que en ese momento es todo. Eras, eres y serás. Pasado, presente y futuro en forma de cachos de ti.

El rojo vivo acaricia mis muslos, brota la muerte en mi vagina. Mis entrañas te despiden, te dejan ir. Vete ya, quédate. Cada poquito de ti duele. Duele que te vayas, que te quieras desprender. Hay un volcán dentro de mi cuerpo, y ya no lo puedo parar. Sale. Duele. Sale. Amas. Amas. Lloras. Juntos fuimos uno hijo. Algo de ti quedará en mí y, al mismo tiempo, te llevas un poco de mi para siempre.

Para siempre. Todo y nada es para siempre. La muerte en la vida y la vida en la muerte dibujadas en ti. Caes. Vuelas. Eres.” 

La llegada de la vida implica paradójicamente la posibilidad de que llegue la muerte. Las pérdidas gestacionales y perinatales son una parte de la realidad de algunos embarazos y, por eso, siento necesario también ofrecer un espacio para poder acompañar a las mujeres que así lo necesiten en sus procesos de duelo en pérdidas en cualquier momento de la gestación a través de sesiones individuales de manera presencial u online.